Pensando que vendiendo discos la cosa no iba a funcionar, básicamente porque casi nadie los compra ya, y porque la mayoría de la gente ya no escucha música en un CD o en un tocadiscos, se nos ocurrió poner las canciones en un pendrive.

Es casi seguro que en poco tiempo el pendrive también se convierta en algo obsoleto, por eso, cuando escuches las canciones, date prisa en grabártelas en otro sitio que imagines que pueda durar más.

Hubo algún editor discográfico que al principio se echó atrás, y hubo algún promotor de espectáculos que nos dejó tirados cuando ya estábamos en el estudio. A ambos tenemos que darles las gracias. Nos han ayudado mucho a tomar decisiones.

Las herencias de OSSIFAR y de HORRIS nos impregnan, por supuesto, y seguiremos cantando sus canciones.
Pero ORRIFFAR es otra cosa. Distinta. Esperemos que os guste.